DETRÁS DEL ATRIL

Frente al Ayuntamiento.


Todos juntos en la Plaza Mayor.


Nohelia, Gracia, Pablo, Elsa, Alicia, Nerea, Esther, Ana, Natalia, Esther, Luismi, Andrés y Miguel Ángel en el American Dream.


Elsa, Andrés, Nohelia, Pablo, Luz y Esther en el Yastá.



Alicia, Natalia, Luz, Álvaro, Víctor, Andrés, Miguel Ángel y Elsa, en la Plaza Mayor.


VÍDEO
Cena de Navidad 2007

Cena de la Orquesta
28 de diciembre de 2007


Parece que por fin le hemos cogido el truquillo y que ya somos capaces de quedar en Navidad para celebrar la cena de Navidad. Parece una tontería, pero es que ha habido años en los que por unas cosas o por otras no hemos quedado para ello hasta el mes de marzo. No ha sido el caso y esta vez hemos coincidido el 28 de diciembre para cenar todos juntos. Bueno, todos juntos no, porque hubo bajas. Teníamos a Elena enferma (se está especializando en coger el virus cuando hay cena de Navidad), María Luisa y Abel. El resto de la Orquesta asistió a una cena que coincidió en el Día de los Inocentes y que, pese a lo que pudiera pensarse, no sirvió para que nos gastáramos bromas los unos a los otros.

Alicia y Natalia propusieron en el foro de la orquesta una quedada previa a la cena en el bar La Flor de la Canela y quienes lo leyeron, acudieorn allí sobre las 20.30 horas. Estuvieron, además de las organizadoras, Luz y Nohelia. Después se apuntaron Víctor y Pablo, que se acercaron por allí nada más salir de trabajar.

Sobre las 21.50 horas, se dirigieron hacia el restaurante, El Majao de Sebi, en la calle García Morato, donde ya había unos cuantos miembro de la orquesta esperando, con la caña en la mano. Allí estaban Miguel Ángel, Elsa, Esther, Nerea, Luismi, Ana y poco después se acercó Gracia. El último en llegar fue Andrés. Bueno, el último último no, porque pasada la medianoche, y cuando ya habíamos terminado de cenar, se acercó Cristina, recién salida del trabajo.

La cenita. Comimos arroz con chipirones, revuelto de setas y una ensalada mix muy rica, con cogollos, endivias, soja, mango (¡¡¡que no era chirimoya!!!), kiwi... Había cuatro propuestas entre las que elegir el segundo plato (entrecot, merluza, bacalao) pero todos nos lanzamos como locos al solomillo con hojaldre. Todos. Ni uno solo eligió otra cosa. Lo gracioso fue cuando se acercó una camarera y nos preguntó que quién de todos había pedido solomillo, jeje, como si hubiera alguna duda. De postre una tarta. Los expertos en postres, como Pablo y Víctor no salieron muy convencidos de esta tarta, aunque a Miguel Ángel le gustó mucho y aprovechó que Pablo se fue al baño para comerle toda su ración. Natalia, que estaba presidiendo la mesa, también fue un par de veces al baño y en una de ellas hasta se quedó encerrada, por lo que tuvo que ir Elsa a rescatarla. En fin.

Durante el café, Esther propuso cantar a Andrés una cancioncilla por ser la primera cena de la Orquesta a la que acude. La canción era complicada y la mayor parte sólo aprendieron el estribillo (una cosa como ligo ligo ligo o algo así). Decía más o menos: "Si Andrés quiere ser de nuestra orquesta, ha de beber un poquito de esta mierda. Arriba, abajo, afuera al centro y para dentro. Aligo aligo aligo". Y cuando se bebió todo el vino, seguía la copla con: "Y Andrés ya es de nuestra orquesta". Para que no bebiera solo, recuperamos la cancioncilla que escuchamos varias veces en la cena de Espirdo y que invitaba, uno por uno y mes por mes, a los asistentes a levantarse. "Quien haya nacido en enero que se ponga de pie. Quien haya nacido en enero que se ponga de pie. Levante su copa llena de vino y beban hasta el final. Levanten su copa llena de vino y beban hasta el final". Pues eso. En la mesa de al lado estaban celebrando un cumpleaños (Óscar, se llamaba) y no dudamos en cantarle también nosotros el cumpleaños feliz.

En la sobremesa Andrés recomendó una y otra vez acordar el bar al que iríamos a continuación pero, para variar, lo hicimos pasando frío en la calle. El elegido fue el Zvmo. La mayoría se fueron andando, pero Nohelia, Natalia y Pablo aprovecharon que Víctor tenía al lado el coche para acercase hasta allí. Después de una vuelta a la manzana (recomendación de Pablo) encontraron sitio en María de Molina y desde allí llamaron al resto para que esperaran en la Plaza Mayor y allí podernos hacer todos unas fotos juntos.

Los motivos elegidos para las imágenes fueron frente al Ayuntamiento, en el trono de los Reyes Magos, junto a unos paquetes gigantes de regalos y frente a una orquesta de ratas o de ardillas que Luz bautizó como topillos. Frente a estos estuvimos todos colocados (idea de Luismi) y gritando foto foto foto hasta que pasó una pareja a la que dejamos una cámara de fotos para que nos tomara la instantánea.

Pablo, Víctor, Nerea, Cristina (que se acababa de sumar) y Natalia se quedaron rezagados y fueron para Coca, pensando que allí estaba el bar. Nerea tuvo que preguntar a unas chavalas ('Ay chicas!') dónde estaba el bar donde habíamos quedado hasta que por fin lo encontramos.

Estaba petado y nos colocamos muy cerquita de la barra. El problema es que había una columna gigantesca justo al lado que impedía que nos moviéramos con comodidad. Y la gente pasaba por medio nuestro cada dos por tres. Aún así, conseguimos hacernos un hueco para que Luz disfrutara de las rumbas (una detrás de otra) y de canciones como 'A mí manera', que reconoció en cuanto sonó la primera nota. Allí, como no podía ser de otra manera, hubo sesión de fotos. Después de 43 rumbas seguidas, Miguel Ángel propuso cambiar de bar. Hala, todos para fuera. Y de nuevo en la calle, con la cencellada que estaba cayendo, fue cuando decidimos dónde iríamos. Luismi propuso el Yastá, donde está su primo de camarero. Allá que nos fuimos. La cosa nos salió muy muy muy barata. Brindamos con champán y tomamos unos cacharros, aunque en este caso la música no acompañó. Eran todas canciones lentillas. Cuando Luz se acercó al pincha para pedir algo más animado, nos sorprendió con un coñacillo de Ketama y la de Lamari y Jarabe de Palo. En fin, un criterio un poco extraño sobre lo que es "lo animado". Álvaro se despidió en este bar.

Sobre las cuatro menos cuarto de la mañana salimos de nuevo a la calle y de allí nos fuimos al American Dream. Había más gente y mejor ambientillo, pese a una pareja de homos erectus (como los bautizó Miguel) que no dejaban de intentar acercamientos cutres a las chicas de la Orquesta. En fin. En ese bar se despidió Víctor y luego, un poco más tarde, Elsa, Esther, Nerea, Pablo y Alicia.

El resto siguió la noche hasta Bagur. Estuvieron en la planta de arriba y allí Luismi se quedó con la cámara de Natalia, la única que todavía danzaba a esas horas de la noche, para inmortalizar a los últimos mohicanos.

Más allá de las seis de la mañana, decidieron recoger los bártulos, aunque algunos, como Andrés, que estaba de estreno en las cenas de la Orquesta, propuso prolongar todavía más la fiesta.

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©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero