REPERTORIO


Sinfonía nº 2
de Félix Mendelssohn

EL AUTOR

Félix Mendelssohn

(Hamburgo, 1809-Leipzig, actual Alemania, 1847)

Compositor, pianista y director de orquesta alemán. Mendelssohn fue uno de los músicos más influyentes y destacados del romanticismo. Segundo de cuatro hermanos, nació en el seno de una familia de banqueros de origen judío, que se había convertido al protestantismo. Niño prodigio, pronto dio muestras de un inusitado talento no sólo para la música, sino también para el dibujo, la pintura y la literatura. Sus dotes fueron estimuladas por un ambiente familiar en el que siempre se alentaron las manifestaciones artísticas. Alumno de composición de Carl Friedrich Zelter –a través del cual conoció al gran Goethe–, los primeros trabajos de Mendelssohn en este terreno se tradujeron en doce sinfonías para cuerda, algunas pequeñas óperas, un Octeto para cuerda y la obertura El sueño de una noche de verano. Estas dos últimas obras marcan el inicio de su madurez como compositor. Fue, además, un buen intérprete de violín, viola y piano, facetas a las que más tarde se añadiría la de director de orquesta. En este ámbito, una de sus primeras y más recordadas actuaciones tuvo lugar en 1829, cuando interpretó en Berlín la Pasión según san Mateo, de Bach, en un concierto que supuso la recuperación de esta obra después de un siglo de olvido. Bach, junto con Mozart y Haendel, constituiría uno de los pilares de su estilo. Pocos años más tarde, en 1835, le fue confiada la dirección de la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, cargo que ejerció hasta su prematura muerte. Su hermana Fanny Mendelssohn (1805-1847) fue también compositora de talento, autora de valiosos lieder y piezas para piano.


 
Esta obra es conocida como Lobgesang, Himno de la Alabanza, en español. Mendelssohn tomó como motivo para la génesis de esta infrecuente obra la conmemoración del 400 aniversario de un acontecimiento histórico: la invención de la imprenta por Gutenberg. Fue el mismo Mendelssohn, a la sazón director de la orquesta de la Gewandhaus de Leipzig, quien en junio del año 1840 nominó su segunda sinfonía como Lobgesang (Himno de Alabanza).

La obra se convirtió en la protagonista máxima del festival musical que se celebró en la iglesia de Sto. Tomás de Leipzig, siendo interpretada tras la Jubelouvertüre de Weber y el Dettingen Te Deum de Händel.

Al margen de la motivación puramente musical, lo cierto es que esta sinfonía reflejaba el profundo sentimiento religioso de Mendelssohn, que compuso la obra "para dar gracias a Dios por el regalo que la imprenta había supuesto para la civilización europea". De hecho, la inspiración protestante de la partitura se adivina no sólo porque el texto está basado en fragmentos tomados de la liturgia evangélica alemana, sino también porque el propio autor prologó la partitura con una cita de Lutero: "anhelo ver todas las artes, especialmente la música, al servicio de Aquél de quien provienen y que las ha creado".

La Orquesta interpreta el segundo movimiento, allegretto un poco agitato.



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