REPERTORIO


El bateo (Preludio)
de Federico Chueca

EL AUTOR

Federico Chueca

(Madrid 1846-1908)

Compositor español. El de Federico Chueca es uno de los casos más sorprendentes de la música española. Prácticamente sin formación teórica alguna (su familia le obligó a interrumpir sus estudios en el conservatorio para iniciar la carrera de medicina), se ganó el aprecio del público de su tiempo merced a unas obras de inspiración fresca y espontánea, de indudable raigambre popular. Su carrera musical comenzó cuando Francisco Asenjo Barbieri orquestó y estrenó unos valses escritos por Chueca después de que hubiera sido encarcelado por su participación en una revuelta estudiantil. El éxito obtenido le animó a tomar la decisión de abandonar la carrera de medicina para dedicarse a la música, en especial a la teatral. Nació así toda una serie de zarzuelas, la mayoría en un acto, entre las que se cuentan La canción de la Lola (1880), La Gran Vía (1886), Cádiz (1886), El año pasado por agua (1889), El chaleco blanco (1890), Agua, azucarillos y aguardiente (1897), La alegría de la huerta (1900) y El bateo (1901). Buena porción de ellas fueron escritas en colaboración con Joaquín Valverde, quien, así mismo, se encargó de las orquestaciones.

 

La Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero comienza el 21 de mayo a ensayar el preludio de El Bateo, una zarzuela de Federico Chueca.

Se trata de un sainete en un acto dividido en cuatro cuadros en prosa y verso. Libro de Antonio Paso Cano y Antonio Domínguez. Música de Federico Chueca. Estreno: 7 de noviembre de 1901, en el Teatro de la Zarzuela, de Madrid. Acción en los barrios bajos de Madrid, época del estreno.

Los libretistas, casi sin argumento, trataron de plasmar unas escenas populares con tipos curiosos y lo consiguieron plenamente. En cuanto a la música de Chueca, no tiene que envidiar a la de ninguna otra obra del inspirado autor madrileño, componiendo una especie de mosaico o suite de diversos bailes, como las seguidillas o sevillanas del inicio, el tango en las coplas de Wamba, el vals en el dúo, el popurrí de los organilleros, la polka del fotógrafo y la gavota del músico. La obra obtuvo un gran éxito, y se ha mantenido airosamente a lo largo de los años como lo prueba su actual reposición en el Teatro de la Zarzuela, según la web lazarzuela.

En el portal opusmusica.com se resume el argumento de esta pieza de Chueca. Esto es lo que escribe de ella José Prieto.

En un barrio popular se hacen los preparativos para el bautizo del hijo natural de Nieves y Lolo. Wamba, un caricaturesco revolucionario de salón, será el padrino. En escena aparece Nieves tan enfurecida como nerviosa. Doña Valeriana le pregunta la causa de su estado y Nieves le cuenta la aparición de Pamplinas -su antiguo novio- que está decidido a impedir el bautizo como sea. Son ahora Virginio y Visita quienes acceden a las tablas. Esta última aprovecha para decir a Virgino que Nieves recibe a un hombre en su casa y por la noche. Todas las sospechas recaen en Pamplinas y los vecinos dudan -entonces- de la paternidad de Lolo.

La situación -el enorme lío- alcanza su clímax cuando en la iglesia y superadas las impertinencias e inconvenientes de Wamba, el cura pregunta por el nombre del padre de la criatura. Pamplinas desmiente la respuesta que acaba de dar Lolo y, naturalmente el bautizo –el bateo- no se celebra.

En el cuadro siguiente, Wamba está en el merendero donde se iba a celebrar el aspecto pagano de la ceremonia. Busca a Lolo que ha desaparecido, lo mismo que Pamplinas. Valeriana y Nieves tampoco han encontrado a los hombres. Todos temen que estén por ahí peleando. Cuando aparecen, tranquilamente como dos buenos amigos, Lolo pide a Pamplinas que confiese ante todos lo que acaba de decirle en privado. El interfecto toma aire y hace pública la noticia de que un hombre entra todas las noches en casa de doña Valeriana, la madre de Nieves. Lolo pregunta a Nieves si es cierto, pero antes de que ésta conteste, Wamba confiesa ser él ese hombre del que se habla. Ante la sorpresa general el revolucionario descubre su amor por Valeriana.

Tras este inesperado desenlace, todo se arregla. Lolo abraza a Nieves, de la que llegó a dudar y Valeriana hace lo propio con Wamba. Al final habrá bautizo … y boda.



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