HISTORIA. CALLE MAYOR

Participación en el Festival Música Plectro de La Rioja
Octubre de 1997

La vida del músico resultará extraña a quien está acostumbrado a realizar día tras día los mismos trabajos en iguales e idénticos horarios. Una monotonía que puede resultar muy aburrida, pero que, a cambio, ofrece la seguridad de saber lo que va a pasar mañana y de contar con una división del tiempo que posibilita el hacer planes para el futuro a cualquier plazo.

El caso del músico es totalmente distinto; no sabe lo que va a ser de él mañana. Su vida, por lo general, no resulta en absoluto monótona, habitualmente dispone de bastante tiempo libre que suele emplear en estudiar y seguir aprendiendo, porque nunca llegará a aprender en toda su vida lo que le gustaría saber. Su condición de músico no termina cuando lo hace su trabajo, sino que se perpetúa durante todo el tiempo. No se trata simplemente de una profesión, sino de una manera de existir solo comparable a la de otro tipo de artistas, a los curas y a los filósofos. El reparto del tiempo como hemos dicho, resulta muy singular, así pasará largas temporadas sin actuar y otras sin dejar de hacerlo; es una manera de vivir "a tirones".

LA IMAGEN

La orquesta, preparada para el concierto en Lardero.
El ejemplo más cercano de todo lo expuesto anteriormente es la Orquesta de Pulso y Púa a la que a finales de agosto se le acumuló el trabajo, ¡y que no falte!

El día 22 acudíamos por fin, después de tanto trabajo para conseguirlo, al anhelado Festival Música Plectro de La Rioja, el más importante del
mundo, según dicen, y la verdad, para ser tan importante y llevar treinta años celebrándose, esperábamos encontrarnos con otro trato por parte de la organización.

Salió la expedición mañanera de la plaza del cine (o mejor dicho, del ex-cine) formada por los miembros de la Orquesta y sus hinchas incondicionales.

Durante el camino vimos un vídeo de una actuación hecha por nosotros mismos hace unos cuantos años. Los más veteranos tuvieron que sufrir las burlas de sus compañeros basadas en los cambios fisiológicos y fisonómicos sufridos desde la infancia, periodo cronológico al que pertenecía el vídeo, hasta nuestros días.

Pasando por tierras burgalesas se efectuó la parada de rigor para repostar energía y desrepostar líquidos y volver a rerepostarlos. Allí, en la tasca de un hostal, conocimos a la primera de las dos camareras más simpáticas del mundo, con las que nos toparíamos en esta aventura. ¡Qué alegría, qué sonrisa, qué vocación y apego a su trabajo! Hasta nos reía las bromas. Nos metimos unas raciones de oreja (muy ricas) entre pecho y espalda, y caminito a Logroño.

LA IMAGEN

Aguardando a que nos abrieran la iglesia para tocar.

Acordamos llegar a la hora de comer con los de la Sociedad Artística Riojana (SAR) y lo hicimos a las dos y media (buena hora para comer, ¿no creen?). Los organizadores, con caras largas y no muy buenos modos nos recriminaron por, según ellos, haber llegado tarde. Nos sentamos a la mesa en la residencia universitaria de Logroño; los que habían estado alguna vez en este lugar temblaban por la calidad de la comida, pero, todo hay que reconocerlo, nos sirvieron unas lentejas excelentes; la única pega eran los cuarenta grados que había en la calle. Difícil digestión. Después de comer salimos a tomar café a los bares de enfrente.

Había dos. En uno encontramos a la otra camarera más simpática del mundo, que nos ofreció todo tipo de bebidas refrescantes para paliar la aguda sed que nos embargaba (recuerden que comimos lentejas). En el otro bar, por oposición, dimos con el camarero más gilipollas del universo, que nos cobró un café de más y, sabiéndolo, no nos quiso devolver el dinero.

Hacia las tres y media realizamos un ensayo en un salón de la residencia. Gran ambiente el que allí había: se oían instrumentos sonar desde las habitaciones, compañeros de otras orquestas que asistieron a nuestro ensayo, incluso japoneses. Estábamos concentrados, motivados y deshidratados, nunca habíamos sudado tanto como durante aquella hora.

 

LA NOTICIA

Recorte del diario La Rioja (22-VIII-97). Ver noticia
Reseña en El Norte de Castilla. Ver noticia

A las seis y media marchamos a Lardero, un pueblo de cuatro kilómetros de Logroño en cuya iglesia se desarrollaría nuestro concierto. Casi una hora tuvimos que esperar a la puerta, cerrada claro (brillante organización). Cuando por fin pudimos acceder al interior, nos percatamos de que aquello era una cueva, no por falta de belleza, pues se trataba de un templo precioso, sino por el eco exagerado que hacía
la música inaudible. Se podía tocar una nota, salir corriendo y recogerla; de esta forma, tocando una sola vez, dimos dos o tres conciertos casi simultáneos. Tocamos muy bien, sería absurdo no reconocerlo, pero dudamos de que el público se enterase de algo. La SAR, al menos así lo expresó uno de sus representantes, quiere que volvamos el próximo año para tocar en Logroño capital. Ya veremos.

 

Finalmente, fuimos a cenar a un mesón de este pueblo; una vez más, la cuchipanda fue soberbia. Revuelto de gambas con ajetes y carne guisada, flan y café. Alguno estuvo a punto de reventar.

Ni un día pudimos descansar antes de volver a tocar. Esta vez, en un ciclo cultural de Santibáñez de Valcorba. Resulta impactante la calidad y variedad de este ciclo para un pueblo tan pequeño, espejo en el que deberían mirarse ayuntamientos de pueblos más grandes, ¿se les ocurre alguno?

Un concierto más en otra preciosa iglesia de un pueblo de Castilla, donde das una patada y aparece un monumento de incalculable valor. Nos parece tan normal que no le hacemos ni caso. ¡Qué patrimonio más fantástico tenemos y qué poco nos preocupamos por él! autoridades, instituciones y personas.

La iglesia se llenó a rebosar y el público salió contento. Nosotros, cansados pero satisfechos.

Estamos a finales de 1997, aún no sabemos nada sobre la subvención que hemos pedido al Ayuntamiento para este año ni hemos recibido el dinero de la de 1996, estamos con el culo al aire (brillante organización). Pero lejos de parar nuestra actividad, ya tenemos concretada la II Muestra Musical Orquesta de Pulso y Púa. Esperamos su asistencia y colaboración.

 

OTROS MESES DE CALLE MAYOR
 
©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero