HISTORIA. CALLE MAYOR

Concierto entre la nieve en Castrodeza
Mayo de 1995

Ni el efecto invernadero, ni el cambio climático, ni la contaminación o la escasez de superficies forestales, ni algún castigo de los dioses a la humanidad por corrupta; la razón por la que se presentó tan inesperadamente una ola de frío a finales del mes de abril fue poner dificultades al último concierto de la Orquesta de Pulso y Púa.

Que va a llegar el mes de mayo, las temperaturas empiezan a subir, los días son soleados y calurosos, y sólo hace falta que la Orquesta tenga que dar un concierto para que se ponga a nevar como en invierno en Noruega. En algún número anterior de esta revista contábamos nuestros avatares con el tiempo durante la grabación del disco y parece que la historia se ha de repetir una y otra vez hasta el aburrimiento o la congelación.

Pero el viento, la lluvia, la nieve o la unión de todos los elementos y factores atmosféricos son insuficientes para detenernos cuando tenemos que cumplir nuestra misión, como el otro día en Castrodeza, pueblo al oeste de Valladolid, que en la semana cultural que organizan todos los años decidió invitar, por segunda vez en tres años, a la Orquesta de Pulso y Púa.

El desplazamiento y la actuación transcurrieron durante una nevada tardía que hizo bajar las temperaturas, sobre todo, en la iglesia de Santa María, para castigar nuestros dedos, completamente inocentes, no merecedores de ningún tipo de pena.

El templo de Castrodeza es un lugar ideal para dar un concierto; el único inconveniente es que no tiene calefacción, pero la poca altura de las bóvedas y la forma de la planta hacen que tenga una magnífica acústica.

Como en ese pueblo ya nos conocen, el auditorio se llenó de público que con la calurosa acogida con que nos regaló, pudo acabar con el frío que dominaba el ambiente.

Esta vez, el concierto se desarrolló con normalidad. No hubo olvidos de instrumentos, no hubo despiste ni gazapos en la presentación, y los oyentes, según pudimos entender por la intensidad y fervor de sus aplausos, quedaron satisfechos y aun contentos por haber oído la música que interpretamos. Un dato curioso es que fue en Castrodeza hace dos años la primera vez que tocamos delante del público la Danza ritual del Fuego, fragmento de El Amor Brujo, del gran Manuel de Falla. Tras recordar el detalle volvimos a hacer sonar los acordes misteriosos de esta magnífica obra que resultó igual o incluso mejor que la primera vez.

Tras el concierto fuimos invitados a pastas y refrescos en el Ayuntamiento y, de nuevo bajo la nevada incesante, regresamos a nuestro pueblo satisfechos de la labor y con la esperanza de volver de nuevo a ese lugar, Castrodeza, donde siempre nos tratan tan bien.

Las próximas líneas no las vamos a seguir dedicando a nosotros mismos, sino a quien por sus méritos, se ha ganado que les prestemos atención. Se trata de nuestra asociación hermana, la coral Voces del Duero, para darle la enhorabuena porque han resultado galardonados con el tercer premio en el Primer Concurso de Canción Leonesa, celebrado los días 29 y 30 de abril en San Andrés de Rabanedo. A dicho concurso se presentaron numerosas corales de toda la región y, de entre ellas, fue premiada la nuestra. Esto supone un reconocimiento a su trabajo y esfuerzo por ser mejores cada día y demuestra, una vez más, la importante labor musical que desde hace años se viene practicando en Tudela. Si pudiéramos retroceder en el tiempo, solamente unos meses, nos encontraríamos en el momento en que se cuestionaba la gestión y la calidad de los grupos de música municipales, Coral y Orquesta. Si cabía alguna duda sobre la importancia de su trabajo, esperamos que por fin haya quedado aclarada.

Pero ahora, celebremos el triunfo de Voces del Duero y hagámoslo todo el pueblo a coro.


OTROS MESES DE CALLE MAYOR

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