HISTORIA. CALLE MAYOR

Sale a la venta la cinta de la Orquesta dedicada a la zarzuela
Marzo de 1995

-¡Albricias¡ ¡Albricias! ¡Ya está aquí, ya llegó!
-¿Quién? ¿Quién?
-¡Por fin, por fin! ¡Tras tanto trabajo!
-¿Pero, quién, quién?
-¡Tanto sufrimiento!
-¿Quién es, quién es?
-¡Pues quién va a ser! ¡La cinta de la Orquesta de Pulso y Púa, lo que todos esperábamos!
-¡¿Ah, sí?! ¡Voy a comprarla!
-¡Corre, corre, que se agotan!Efectivamente. Después de mucho intentarlo y perseverar, al fin nuestra grabación está lista para presentarla en público. A continuación vamos a relatar cómo se realizó este proyecto que ha llegado a ser toda una odisea.

La idea de grabar un disco surgió hace varios años, pero el proyecto ha tenido que ser retrasado hasta disponer de los medios técnicos y económicos suficientes, así como de la calidad musical mínima que deseábamos exhibir en un trabajo concreto y perdurable. Cuando dos de estas condiciones estaban cumplidas (la de los medios económicos es otra cuestión), tomamos la decisión de comenzar el trabajo tan felizmente culminado.

La primera tentativa la hicimos en el verano de 1993. La empresa encargada de la grabación fue la vallisoletana Amando Records. El lugar elegido para la prueba fue un aula del instituto, debido a que en Valladolid no hay estudios de grabación con amplitud suficiente para albergar a toda la Orquesta, y a los técnicos el instituto de Tudela les pareció un buen lugar.

Para todos fue una experiencia nueva. Los componentes no habíamos hecho esto antes y los técnicos de la casa grabadora no estaban acostumbrados a trabajar con grupos tan numerosos.

Estaba previsto comenzar a las once de la mañana; para que esto fuera posible, la Orquesta debería estar en el local una hora antes para instalarse y afinar los instrumentos. A los técnicos les tocaría madrugar más, pues necesitaban disponer de dos horas para adaptar el complejo y caro equipo de grabación.

Cuando empezamos la actividad, la situación era la siguiente: En una habitación rodeada de micrófonos, se encontraba la Orquesta en pleno, y en otra, estaba Armando "armándola" con sus aparatos, pues todos no cabíamos en la misma estancia. Esta situación dificultaba la comunicación resultando incómodas las ides y venidas del técnico cada vez que tenía que darnos o recibir alguna instrucción.

Realizamos la grabación de varias obras y, de ellas, posteriormente había que elegir unas pocas (las que mejor hubieran quedado) para incluirlas en el producto final. Cada una había que repetirla varias veces porque aunque aparentemente hubiera resultado de correcta ejecución a la primera, podían aparecer fallos en la grabación que pasan inadvertidos mientras se está tocando.

Acalorados tras la dura mañana, y aprovechando la proximidad, decidimos dar sustento y refresco a nuestros cuerpos comiendo en las piscinas municipales. Durante una hora podíamos relajarnos y prepararnos para continuar la labor por la tarde, y así lo hicimos. Durante las horas más calurosas de un día del mes de julio, veinticinco personas tratábamos de grabar un disco encerrados en una habitación pequeña donde la temperatura iba aumentando cada vez más.

Después de siete horas de música, la jornada había terminado. La primera sensación, sin haber escuchado la grabación aún era la de que habíamos tocado bien; luego habría que oír los resultados y contrastarlos, pero por el día, el trabajo estaba terminado. Todos estábamos muy cansados por lo que se había largado la sesión, por el calor sofocante y porque, como dijo un componente de la Orquesta: allí "olía a caracoles".

LA IMAGEN

La cinta de la Orquesta. En la cara A: Suspiros de España, Pasacalle de las Mantillas, La Calesera, El Sitio de Zaragoza. En la cara B: La leyenda del beso, Amparito Roca, Gigantes y Cabezudos, Los Nardos, Carmen y El Baile de Luis Alonso.
Días más tarde se reunió el equipo técnico de la Orquesta para valorar la calidad del producto obtenido, que desgraciadamente no era lo deseado. Las condiciones poco adecuadas en las que se desarrolló la grabación influyeron negativamente en el resultado final. La calidad de sonido mínima que queríamos mostrar no se consiguió. La historia volvía a comenzar, había que repetir todo. En abril de 1994 decidimos volver a grabar. Para la ocasión optamos por utilizar un lugar más adecuado como lo era el extinto Cine Goya, escenario donde la Orquesta durante años se curtió en mil batallas y tristemente desaparecido, quedando el pueblo sin un lugar de envergadura suficiente para acoger determinados actos culturales y artísticos, "huérfano de teatro". No sabemos con exactitud si fueron las notas de nuestros instrumentos la última música que allí se oyó, pero estamos seguros de que en "otrora lugar tan noble", ahora podemos adquirir un estropajo o una lata de sardinas a módico precio. De cualquier forma, esta pérdida tan triste coloca a Tudela en una categoría inferior a la que tenía antes: ahora somos un pueblo sin cine.

Pero dejémonos de digresiones y retomemos el hilo de nuestra narración. Curados en salud tras el pequeño fracaso anterior, buscábamos un lugar con mejor acústica, más espacio y donde hiciera menos calor, y ciertamente que esta última condición la cumplía la sala, porque jamás habíamos pasado tanto frío como en aquelos días sin calefacción, llegando a adquirir cierto complejo de termómetros de máxima y mínima.

Para estar más tranquilos, emplearíamos todos los días que fueran necesarios para la consecución del proyecto y nos bastó con dos mañanas y una tarde, pero esta vez la grabación fue buena y no había que repetirla.

Una vez elaborado el máster (que así se llama lo que se había hecho) se añadió la percusión aparte, ya en un estudio y se realizaron las mezclas oportunas para conseguir el producto definitivo; sólo faltaba reproducirlo tantas veces como cintas quiséramos, y elaborar la carátula en la que aparecemos tan guapos. Pero faltaba lo más importante (o al menos, lo más necesario); el dinero sin el que la música no sonaría. No pudiendo contar de momento, con las prometidas ayudas oficiales que no acaban de llegar, nos las ingeniamos para conseguir el vil metral, vaciando las ya de por sí medio llenas arcas de la Orquesta, realizando conciertos y pasando la boina. Incluso tendremos que vender bocadillos para compensar la deuda, pero al fin, tras tanto anhelo y padecimiento, "a trancas y barrancas", como buenamente hemos podido, aquí está el milagro de nuestra creación (porque no se le puede dar más leve calificativo). Una cinta de verdad, con nuestro nombre y foto, con la música que hemos tocado; y plasmado de una forma fija y "para siempre" el arte efímero y momentáneo que es la música. Para la Orquesta supone la culminación de una etapa y el inicio de otra con más ilusión por el trabajo y tras haber demostrado que la Orquesta de Pulso y Púa funciona y mejora día a día en su afán por llevar la música y el nombre de Tudela allá por donde pasa.

Queremos dar las gracias a los que han colaborado en la consecución del poryecto. Para adquirir la cinta basta con acudir a cualquier miembro de la Orquesta o pasar por el Colegio Rural los sábados por la tarde (a partir de las cuatro y media) y de paso, si quieren, asistir a algún ensayo.

Pequeños errores. En la impresión gráfica de la cinta figuran algunos errores y omisiones por causas totalmente ajenas a la orquesta, que detallamos a continuación. Lo primero es que nos han querido quitar una bandurria desapareciendo misteriosamene el nombre de nuestra querida compañera Elsa. En el listado de los miembros debería aparecer, entre las bandurrias el nombre de Elsa Tabarés Sanz (¡Elsa, te han querido secuestrar...!) . Entre los guitarristas, además, aparece un impostor. Un tal Pablo Yuste que intenta suplantar a quien sí debe figurar: Pablo Juste Ceballos. Hay dos errores más; la impresión de 'El baile de Luis Alfonso', en vez de 'El baile de Luis Alonso' y 'Pasacalle de las montillas', en vez de 'Pasacalle de las mantillas'.

Para los que ya han adquirido la cinta, las correcciones están hechas y los que no, ¿a qué esperan


OTROS MESES DE CALLE MAYOR
©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero