En el autobús, camino de Algete. Andrés, Luismi, Alicia y Nohelia, a las puertas del Rincón de Portugal, el bar de Algete. Gracia y Luz se preparan antes del concierto. Alicia, Yanira, Nohelia y Esther, durante la cena.

• Viaje a Algete
12 de diciembre del 2009

Como no estamos acostumbrados a estas cosas, cuando nos encontramos con un autobús con asientos de cuero nos emocionamos. Pedazo autobús que nos han puesto para ir a Algete, pensamos. Asientos de cuero, periódicos y revistas para amenizar el viaje, unas luces verdes muy psicodélicas. Claro, luego te sientas y te das cuenta de que los asientos de (casi) cuero están helados y que hay que hacer hueco para calentarlos un poco. En fin, lo de los asientos calefactados vendrá para otro viaje.

Montamos en el autobús a las 15.30 horas en Tudela de Duero camino de Algete, Madrid, donde tiene lugar nuestro penúltimo concierto del año. A las 16.00 horas pasamos para recoger a los compañeros de Portillo y también a Pablo, que había quedado en ir con su propio coche a Algete pero, después de ver que la niebla podía jugar malas pasadas ha preferido venir en el autobús con el resto del grupo.

Durante el trayecto (no es muy largo, pero como el autobús no puede pasar de cierta velocidad tardamos un poco más) aprovechamos para ir concretando fecha para la cena de Navidad (al final se quedó que el sábado 8 de enero, aviso para navegantes) y en un sitio para determinar. Como novedad este año, y a instancias de Elena, decidimos hacernos regalos a través del amigo invisible. Cinco euros nos podemos gastar como máximo. Y va a haber que ir aguzando el ingenio para hacer los regalos. Elsa se encargó de hacer las papeletas con los nombres de todos los miembros de la orquesta. Los pusimos en la gorra de Andrés y, a partir de ahí, comienza el sorteo para ver quién le ha tocado a quien.

Después de un par de amagos (nos metimos en urbanizaciones raras que no eran Algete, glups) llegamos por fin a nuestro destino. Después de descargar, unos cuantos compañeros de la orquesta (Abel, Andrés, Alicia, Nohelia, Luismi y Víctor) salieron a dar una mínima vuelta por el pueblo para tomar un café (en El Rincón de Portugal) y comprar una bolsa de bocabits en Frutos Secos La Pili.

De vuelta al lugar del concierto vimos cómo en la sala de al lado estaban celebrando un rastrillo solidario. Comprabas papeletas de 1 o de 3 euros y te tocaba regalo seguro. El dinero recuadado, nos explicaron, era para las familias necesitadas de la localidad. Algunos compañeros de la orquesta compraron papeletas y se llevaron regalo para casa. Jesús (el dire) y Víctor se hicieron con una mantelería, Álvaro con un peluche de Pluto y Elena con unos zapatos verdes, que cambió a Alicia por una mochila infantil.

Durante el concierto hubo varios momentos cómicos protagonizados por nuestro presentador 'speaker' que portugués no hablará, pero buen dominio del español no le podemos negar con el prelrudrio, las danzas franssssesas o la sonata de Corelli (perdón, Coreli).

Una vez terminado el concierto y recogidos todos los cacharros nos montamos de nuevo al autobús y nos encaminamos hasta el lugar donde tendría lugar la cena. Casa Joaquín. Cenamos estupendamente es poco. Queso del rico, jamón del bueno, lomo, chorizo frito, calamares, croquetas y carne a la parrilla. Tarta, flan y mazapán de postre. Mmmm. Y luego compramos por dos euros participaciones del seminario de Alcalá de Henares para el sorteo de un belén en relieve. Ay como nos toque...

A las 23.45 horas tuvimos que levantar el campamento porque había que volver para Tudela. Nos montamos de nuevo en el autobús de asientos de casicuero y un frío tremendo (brrrrr). Muchos miembros de la orquesta tuvieron que ponerse el abrigo para no quedarse helados. Durante la primera parte del viaje vimos un dvd con cicno monólogos protagonizados por los humoristas de El hormiguero (el más divertido, sin duda, el de Luis Piedrahíta y quien más se rió, sin ninguna duda, Álvaro). Eso sí, el dvd era cortito cortito y luego nos esperaba otra hora y media de viaje sin vídeo ni música ni nada. Así que hubo quien aprovechó para echarse una cabezada, leer una revista o meterse con Roque, el traidor de El Internado, la serie de Antena 3. Jeje. Sobre las 2.15 horas de la madrugada ya estábamos de regreso en Tudela.

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