REPERTORIO


Danza húngara nº 5
de Johannes Brahms

EL AUTOR

Johannes Brahms

(Hamburgo, 1833-Viena, 1897)

Músico precoz, pronto empezó a acompañar a su progenitor al violín interpretando música de baile y las melodías entonces de moda. Al mismo tiempo estudiaba teoría musical y piano, primero con Otto Cossel y más tarde con Eduard Marxsen, quien le proporcionó una rigurosa formación técnica basada en los clásicos, inculcándole también la pasión por el trabajo disciplinado, frente al arrebato de la inspiración. Excelente pianista, se presentó en público el 21 de septiembre de 1848 en su ciudad natal con gran éxito, pese a que, más que la interpretación, su verdadera vocación era la composición. En el arduo camino que siguió hasta alcanzar tal meta, Marxsen constituyó un primer eslabón, pero el segundo y quizá más importante fue Robert Schumann. Tras una corta estancia en Weimar, ciudad en la que conoció a Franz Liszt, Brahms se trasladó a Düsseldorf, donde entabló contacto con Schumann, quien quedó sorprendido ante las innegables dotes del joven artista. La amistad entre ambos, así como entre el compositor y la esposa del autor de Manfred, se mantuvo durante toda su vida. Siguiendo los pasos de Beethoven, en 1869 Brahms fijó su residencia en Viena, capital musical de Europa desde los tiempos de Mozart y Haydn. Allí se consolidó su personal estilo, que, desde unos iniciales planteamientos influidos por la lectura de los grandes de la literatura romántica alemana y cercanos a la estética de Schumann, derivó hacia un posicionamiento más clásico que buscaba sus modelos en la tradición de los clásicos vieneses y en la pureza y austeridad de Bach. Brahms, que al principio de su carrera se había centrado casi exclusivamente en la producción pianística, abordó entonces las grandes formas instrumentales, como sinfonías, cuartetos y quintetos, obras todas ellas reveladoras de un profundo conocimiento de la construcción formal. A diferencia de la mayoría de sus contemporáneos, y al igual que su rival Bruckner, fue partidario de la música abstracta y nunca abordó ni el poema sinfónico ni la ópera o el drama musical.
 
Brahms escribe las danzas húngaras -una veintena- en un largo periodo de tiempo, las primeras en 1865 y las últimas en 1880, quince años después. Cuando ya tenía compuestas seis de ellas, en el año 1867, se las ofreció a un editor de Budapest llamado Dunkl, que no mostró ningún tipo de interés por estas obras. Es más, se las devolvió a Brahms diciéndole que había perdido el tiempo con su composición. No sería hasta 1869 cuando las dos primeras danzas húngaras, la 1 y la 10, fueron publicados por Simrock, en su versión para piano a cuatro manos, como fueron originariamente pensadas. Y a partir de ese momento, su popularidad no dejó de crecer con versiones para grupos de cámara, tríos de pianos e incluso versiones orquestales de las danzas 1, 3 y 10.

El folclore húngaro inspiró estas composiciones. La mayor parte son csardas, pero también hay danzas nupciales (la 3 y 10) y otras mucho más populares, como la 6. El éxito de estas obras llevó al editor a invitar a Brahms a escribir nuevas danzas, con las que incrementó su repertorio, aunque en esta segunda camada se desvinculó de los sonidos húngaros, que había seguido casi al pie de la letra, y tomó estos sones como inspiración para una serie más melancólica y algo alejada del ímpetu que imprimió a la primera.

La quinta danza, perteneciente al primer grupo, es quizá una de las más famosas de todas, y la interpretada por la Orquesta.


OTRAS OBRAS

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