HISTORIA. CALLE MAYOR

La Orquesta en la Fiesta del Espárrago
Junio de 1995

Ya estamos en junio, mes temido y esperado durante el que los estudiantes desaparecemos de la faz de la tierra para lo que podríamos llamar cumplir con nuestra obligación. Cuando empieza el curso todos estamos deseando que llegue el final, pero cuando de verdad se acerca y nos asomamos al precipicio, nos damos cuenta de lo corto que se hace, querríamos parar el tiempo apoyando nuestra espalda contra él y frenarlo con nuestros piececitos siempre incapaces de acometer tan desigual batalla y viéndonos arrastrados al fondo del abismo.

En los ensayos de la Orquesta, formada igualmente por estudiantes, se nota la tensión flotando en el ambiente. Si nos juntamos cuatro o cinco para formar uno de los típicos corrillos, no es como otras veces, cuando las bromas son constantes y el ambiente jocoso. El silencio es dueño y señor, lo domina todo, no es un silencio compartido sino individual y personalizado; cada uno tiene su parte y en ella hace y piensa lo que quiere. No siendo propio del hombre disponer de tanta libertad interior, nos dejamos guiar por la actitud borreguil y acabamos pensando todos en lo mismo, cada uno con sus propias variaciones, pero con igual preocupación. De pronto, alguien interrumpe el momento de concentración desesperada pero sólo para suspirar o emitir un leve quejido de resignación; los demás, que estamos en la misma onda, asentimos despacio pensando: "qué razón tienes".

No hay nadie más aburrido con quien tratar que un estudiante en época de exámenes. Es incapaz de mantener cualquier conversacion racional (aunque a veces también lo es sin tener que examinarse de nada), siempre tiene la mirada y la mente ausentes y al mínimo descuido, ya está contando los días en los que debe examinarse, lo bien o mal que lleva esta o aquella asignatura, lo fastidiado que está por no tener horas libres y dirá que justo el tiempo ha mejorado cuando él tiene que quedarse en casa todo el día. Para no acabar desquiciando a la sociedad entera, establecen simbiosis entre ellos: uno le da la paliza al otro que le aguanta, sin prestar atención, con la condición de poder desahogarse después también él. De esta forma todo queda dentro del ambiente estudiantil y no se producen daños a terceras personas.

El último día de fiesta en Tudela antes de que se produzca tal desbarajuste es la Exaltación del Espárrago (nombre cómico y ambiguo donde los haya). Por primera vez desde que se celebra, la Orquesta de Pulso y Púa contribuyó a dar a probar los manjares que ofrece el suelo sobre el que vivimos. El domingo, 14 de mayo (si no nos falla la memoria), las calles de Tudela se llenaban de gente nativa y forastera para dar vida a la fiesta. Los que estábamos detrás de los mostradores, indispensables para que la celebración tenga lugar, nos vimos obligados a madrugar para prepararlo todo (si bien es cierto que, debido a los excesos de vigilia en la noche anterior, algunos tuvieron que ser extraídos de la cama casi por la fuerza, sin duda porque a esas horas las sábanas aprisionan). A partir de las doce del mediodía el pueblo empezó a llenarse de gente y hasta las tres de la tarde tuvimos que trabajar a buen ritmo (como debe ser entre músicos) para abastecer a los clientes de espárragos y buen vino. De entre la gran cantidad de personas que pasó por nuestro puesto nos llamó la atención una señora que se acercó a pedir un pincho de tortilla de espárragos y un vino. Tan exquisitas viandas tuvieron poder para hacer volver a la protagonista a repetir la operación:

-Deme un pincho de tortilla y un vino.
-Aquí tiene, señora
-El vino se sube un poco a la cabeza...
-Pero es bueno y entra bien, ¿verdad?

La tercera vez que se acercó cambió un poco de gustos:

-Deme un pincho de tortilla de espárragos, pero esta vez sin vino.

Y se fue tambaleándose ligeramente.

Fue un día de mucho trabajo, pero también hubo tiempo para divertirse.

Como el año académico llega a su fin (al menos en cuanto a nosotros se refire), queremos aprovechar la ocasión para anunciar el próximo concierto de fin de curso, que se celebrará en Tudela en fecha aún no fijada, donde culminaremos un año que empezó con problemas, pero terminará brillantemente, y en el cual, tal vez haya alguna que otra sorpresa.

Esperamos verles a todos allí.

©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero