HISTORIA. CALLE MAYOR

Tocamos en Fuente Dorada para Aulas 60 de Valladolid
Abril de 1995

Vamos a emplear las próximas páginas de esta revista para relatar el último cocierto de la Orquesta de Pulso y Púa en el que sucedieron extraños acontecimientos.

El motivo para acercarnos hasta Valladolid a ofrecer nuestra artesanía musical fue actuar para la asociación Aula 60, un grupo de ancianos que se dedican a cultivar su espíritu disfrutando de la música unas veces, otras de la poesía o la literatura y, en general, de la cultura y el arte.

Estábamos citados el día 22 de marzo a las 18.30 horas en el magnífico auditorio de Caja España. Una hora antes, todo marchaba perfectamente: disponíamos de un maravilloso lugar en el que la temperatura era la adecuada, y de sillas para sentarnos. No ocurrió como otras veces, cuando pedimos las mínimas condiciones (calor y sillas) y nos encontramos de pie y "fresquitos".

Al desenfundar los instrumentos, nos dimos cuenta de un detalle que nos había pasado inadvertido: se nos había traspapelado el bombo. Un instrumento cilíndrico, con un diámetro de cincuenta y tantos centímetros en su base, altura aproximada de un metro y veinte kilos de peso se había extraviado como el número de telefóno del médico en la cartera de un despistado. ¿Fue acaso que el bombo era algo tonto y no se había enterado de que aquel día teníamos actuación? Pues no. La verdad es que hubo un malentendido entre quienes debían haberlo llevado y el bombo se quedó en casa, gracias a la brillante gestión de semejante grupo de "bomberos".

EL PROGRAMA

Folleto del concierto en Caja España. Leer más
¿Qué hacer ante tal situación? El concierto tenía que empezar y no había suficiente tiempo para volver a Tudela a recogerlo. Algunas de las sugerencias para resolver el conflicto eran verdaderamente interesantes; como la de utilizar para la percusión
la "cabezota" de alguno de los olvidadizos para refrescarle la memoria. Cuando esta solución
estaba a punto de trascender, dimos con la que sería definitiva: como durante la primera parte del acto no sería necesaria la participación de
los instrumentos percutidos, el bombero se acercaría al establecimiento musical Tamayo de Valladolid a pedir prestado otro
timbal de forma que pudiéramos utilizarlo en la segunda mitad del
acto. De esta manera se procedió, con la suerte de que el dueño de Tamayo se mostró dispuesto a colaborar portándose como un auténtico amigo: ¡Gracias, Tamayo!

Mientras, el concierto se desarrollaba en el auditorio de Fuente Dorada. Nuestro presentador, para ganar tiempo (o para perderlo, que en nuestra situación tanto valía una cosa como la otra), se pegó al micrófono y decidió contar la historia de la Orquesta de Pulso y Púa desde los inicios, cuando, como dijo: "Éramos tan pequeños que no alcanzábamos a hablar por este teléfono..." ¿Teléfono? ¿Cómo se puede confundir un micrófono con un teléfono? Tal vez se lo pensaban colocar en la oreja y esperar a oír qué le contaban.

El tiempo pasaba más de prisa que nunca porque el bombero no llegaba. El intermedio no se podía hacer más largo y cuando ya hubo quien se ofreció a contar chistes para entretener al público, llegó nuestro compañero "cabeza de timbal" y todos pudimos respirar más a gusto.

El concierto se reanudó y cuando pensábamos (pobres inocentes) que la historia transcurriría con normalidad, uno de los músicos no encontraba una partitura y tuvimos que suspender la acción durante el tiempo que tardó en volver a los camerinos a buscar su carpeta; tres interminables minutos quietecitos y callados en el escenario hasta que al director se le ocurrió interrumpir el cuadro plástico para emplear el socorrido viejo truco de: "Son los contratiempos del directo".

Finalmente pudimos acabar de tocar sin más interrupciones, pero cuando ya nos íbamos nos llamó la azafata del teatro para avisarnos (por fortuna) de que nos olvidábamos unos paquetes; en esos paquetes estaban las cintas que habíamos llevado para vender después del concierto. ¡Total, trescientas cintas más o menos, a cualquiera le pasan desapercibidas...!

Pero todo acabó bien. Volvimos a Tudela y no se nos olvidó nada. Creemos...

No queremos terminar este artículo sin dar a todos un consejo: ¡Si alguno de ustedes tiene una Orquesta de Pulso y Púa formada por estudiantes, eviten en lo posible actuar en épocas de exámenes...!

OTROS MESES DE CALLE MAYOR
©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero