DETRÁS DEL ATRIL

Alicia, Luismi, Ana, Andrés, Abel, Esther, Luz, Natalia y Gracia. Lo que está en primer plan es el bajo y lo de arriba a la izquierda negra es la manga de la americana de Víctor, que no le dio tiempo a ponerse en la foto.


Luz, Natalia, Ana, Gracia y Andres, las bandurrias.


Luismi, Alicia y Abel, los laúdes.


Alicia, Andrés y Abel, esperando las viandas.


Natalia, Luz, Víctor y Esther (Ana es alta, pero en la foto está de pie), antes de comer.


EL VÍDEO



Boda en Herrera
4 de octubre de 2008



Nos estamos especializando en esto de las bodas. La de esta vez era la de Henar y Javier, primos de Luismi y de Ana, compañeros de la orquesta. Así que, en cuanto nos pidieron que interpretáramos unas obras en su boda no nos lo pensamos dos veces y allí que nos presentamos, en la iglesia de Herrera, para poner música en la ceremonia.

La orquesta estuvo representada por Ana, Gracia, Andrés, Natalia y Luz (bandurrias), Abel y Alicia con el laúd, Esther con la guitarra, Luismi al laudón y Víctor con el bajo. Llegamos a la iglesia sobre las 11.30 horas y ya estaban las sillas preparadas para que pudiéramos colocarnos. Mientras llegaba Abel (tarde, esas fiestas de Mojados), Luismi y Víctor estuvieron hablando con el cura para terminar de perfilar los momentos en los que deberíamos tocar cada una de las piezas. El canon de Pachelbel para comenzar, La lluvia de Vivaldi después de las lecturas, el Ave María en el Ofertorio, el Romance de Mozart para la comunión y la Sonata VI de Corelli para la despedida. Sin embargo, no pudimos cumplir con el plan establecido porque ni Luz ni Natalia tenían las partituras de Bandurria primera. Estuvimos mirando a ver qué tal sonaba sólo con bandurrias segundas pero, como no nos convencía, al final acordamos no tocarla y repetir el canon al final de la ceremonia.

Al final, no fue necesario. Nos saltamos la interpretación del ofertorio (toda la ceremonia esperando el momento para nada) y por eso sonó el romance al final, mientras los novios firmaban en el libro de actas.

El enlace estaba previsto a las 12.30 horas, pero se retrasó un poco porque la novia, como es tradición, se hizo un poco de rogar. Aprovechamos esos momentos para ensayar un poco y para afinar los instrumentos. Meos mal que Alicia tenía afinador, porque las primeras veces (sin afinar) la verdad es que no sonaba nada bien. Entre medias y hasta que entró la novia, la cosa fue un poco desastrosa. Ana iba perdiendo medallinas de su vestido y cuando las veía en el suelo se pensaba que eran monedas de cinco céntimos (vaya ojo), Luismi se peleaba con el atril y Alicia con la cámara de vídeo, intentando buscar un sitio decente donde colocarla para podernos grabar.

Luismi , Ana y Gracia fueron bien vestidos porque estaban de boda. El resto acudimos con el traje de la Orquesta, aunque los chicos no se pusieron la pajarita. Y Andrés ni siquiera los zapatos negros, se quedó con los playeros. Qué chulo es el tío.

Durante la ceremonia, tuvimos que aguantar las sonrisas en un par de ocasiones, pero desde arriba de la iglesia se veía y escuchaba muy bien, tanto a los novios, como al párroco, que estaba un poco afónico.

Al término de la boda fuimos a tomar unos chismes. Primero al Nido de Rubén y luego, ya más cómodamente sentados, en el bar de al lado, donde hicimos trabajar un poco al estómago con rabas, patatas bravas, cecina y sepia. Mmm.

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©2004 Orquesta de Pulso y Púa de Tudela de Duero